jueves, 24 de enero de 2008

Columna Transversal: ¿LÍDER O TÍTERE?

No sé si Mauricio Funes realmente está tratando de producir una apertura en el FMLN. Si lo está tratando –y ¿por qué no darle el beneficio de la duda?-, es sin éxito. Por lo contrario, el partido lo está poniendo en su lugar. En este caso, en el lugar de alguien que han contratado para prestarle una cara electoral nueva al partido, pero sin capacidad de decisión.

Se supone que el candidato por lo menos quiere ganar. Suficiente razón para insistir en una estrategia diferente para San Salvador. El candidato presidencial necesita que el FMLN gane San Salvador en la primera fecha electoral del 2009, para no perder en la segunda la presidencia. La primera elección –la de alcaldes y diputados- marca la tendencia. Además necesita que la oferta de la izquierda para San Salvador sea muestra clara de apertura, de concertación, de vocación pluralista, de capacidad de construir alianzas. Un concejo capitalino no partidario, sino compuesto por personalidades reconocidas y en el cual el FMLN no es dominante, sería esencial para mostrar que un gobierno de Mauricio Funes no necesariamente sería un gabinete partidario y de ortodoxos. Cosa que hasta ahora a todo el mundo, incluso a gente de izquierda, cuesta imaginarse.

Sin embargo, en medio de estas discusiones el FMLN ya decide la candidatura de Violeta Menjívar. Opta por el continuismo. No viene el cambio, sin más de los mismo. Además se premia a una gestión fracasada. Gran bofetada, no sólo para los potenciales aliados -sobre todo para el CD y muy en particular para Héctor Dada-, sino directamente para el candidato presidencial. Además, un mensaje claro que en el Frente mandan los mismos de antes, y que sigue siendo una fuerza conservadora, miedosa, acomplejada...

Hay algunas decisiones pendientes (o tal vez ya tomadas, pero pendientes de ratificar y asumir públicamente) que permitirán medir cuánto espacio el FMLN está cediendo a Mauricio Funes para ganar credibilidad como alguien que tiene autoridad, capacidad de decisión y de marcar rumbo, arrastrando al partido a mayores aperturas, imponiéndose como futuro gobernante sobre las resistencias partidarias y clientelistas. Sólo hay que observar el proceso de toma de estas decisiones, para saber si Mauricio Funes tiene madera de candidato ganador.

Primero, la decisión sobre la alcaldía capitalina. O es más de lo mismo o es apertura y capacidad de rectificación.

Segundo, las decisiones sobre alianzas. En San Salvador se va mostrar si el Frente tiene disposición a construir una alianza o si espera adhesiones. Si no pueden negociar con el CD sin imposiciones y humillaciones, mucho menos lo lograrán en política nacional. De la manera cómo logren o no logren formar un concejo plural para San Salvador, se puede deducir cómo formarían gabinete de gobierno.

Parece que estas dos primeras batallas ya las perdió el candidato. Puede tratar a esconder la derrota diciendo que está de acuerdo con la nominación de Violeta Menjívar, pero esto hace aun más grave la derrota porque muestra, aparte de falta de autoridad, falta de carácter del candidato.

La tercera decisión clave es la composición del comando de campaña. Funes ya perdió todo –internamente y las elecciones- si permite que la campaña sea dirigida por los cuadros principales de la ortodoxia como José Luís Merino, Sigfrido Reyes, Roberto Lorenzana, Sánchez Cerén y Medardo González. Se corta en seco la expectativa de cambio, apertura, creatividad, que muchos centran en la figura del candidato.

Por más que Funes, como lo hizo en el acto conmemorativo de los Acuerdos de Paz, explique que los hombres cercanos a él son precisamente los capos del partido, no significa que sean de su confianza y que sirvan para proyectar que el cambio viene. Estos hombres no se le despegan, pero por desconfianza, por miedo al cambio.

Por más que Funes trate de esconder este conflicto, él sabe que su discurso sólo puede tener credibilidad si logra poner otro tipo de gente a la cabeza de su campaña, otros voceros, otros interlocutores. El problema es, que los interlocutores que sí tendrían credibilidad en la sociedad, no gozan de la confianza de la Comisión Política.

La cuarta decisión clave será la selección de los candidatos principales para la Asamblea. Si son los mismos, elegidos con los mismos criterios de lealtad al partido, pureza ideológica y sumisión a la Comisión Política, no habrá fuerza parlamentaria disponible para articular y sustentar una política nueva que busque acuerdos de nación. En caso que el FMLN gane, no habrá masa crítica en la Asamblea para la concertación. En caso que no gane, no habrá quien rompa con la polarización y obstrucción. Sería más de lo mismo, con o sin gobierno.

Y por último, el programa. Ya se vislumbra que el programa será más moderado que el discurso tradicional del FMLN. Pero para darle credibilidad a los virajes programáticos –abandonar la consigna devolverle al país el colón; asumir el TLC; dar seguridad jurídica y política a la empresa privada- no es suficiente modificar el lenguaje. Es indispensable una discusión pública –no en mesas con organizaciones simpatizantes- sobre estos virajes. Hace falta un congreso del partido que debata y asuma los cambios programáticos. Si el billete del colón era símbolo de la campaña de Schafick, no es suficiente –ni mucho menos transparente- simplemente ya no hablar del colón.

De estas decisiones que partido y candidato tienen que tomar depende si al fin Mauricio resulta siendo un líder del cambio o sólo un señor que juega este papel.

(Publicado en El Diarío de Hoy, San Salvador, el 24 de enero 2008)

Los precandidatos de ARENA no convencen ni a su propio partido.

La oferta de presidenciables de ARENA parece pobre, al parecer ni ellos mismo están convencidos de alguno de sus candidatos, siguen saliendo nombre y opciones. Pareciera una lucha de poderes, pero más bien creo que es que de las opciones que tienen en la mesa no hay ninguna que llena las expectativas. Eso es muy complicado, porque si ni sus propias bases o autoridades convencen difícil lo tendrá en la elección general.

Pancho Laínez, parece ser un una buena persona y su gestión como Canciller ha sido buena, a diferencia de los ejemplos de política exterior pleitista que tuvo el gobierno de Paco Flores, en esta gestión ha regresado un poco de serenidad y se han logrado hacer muchas cosas importantes donde el Canciller ha tenido un muy buen papel, no se ha debilitado como muchos de los miembros del actual gobierno, porque su gestión no ha sido hacia el interior del país, lo cual lo hace menos visible. Falta que ver si también tiene la fuerza y la autoridad necesaria para poder domar a las fieras que habitan en su partido. Falta que ver si cuando hable, la gente crea realmente en sus propuestas, que si promete una reforma fiscal será realmente capaz de llevarla acabo y enfrentarse a los poderes fácticos de este país.

Otro de los precandidatos es Luis Mario Rodriguez, quien fuera el secretario jurídico de la presidencia, no parece un buen candidato, la gestión de este gobierno no ha sido buena y este parece muy ligado a lo actual, continuismo, no es lo que necesitamos. Necesitamos cambios, pero no cualquier cambio, uno bien pensado, uno coherente. Hugo Barrera quien es otro precandidato que parece ir muy en serio, aunque es una persona de carácter, que puede plantarle cara a cualquiera, sus posturas ideológicas son muy de derecha y la verdad El Salvador no necesita eso. Ana Vilma de Escobar no parece tener los apoyos necesarios ni siquiera dentro de su partido, mucho más difícil lo tendrá en una elección general. Y así en ARENA parece que no encuentran la formula necesaria o la persona justa que motive lo suficiente para tener todo el apoyo del partido.

Difícil situación en la que parece que nos encontraremos, tendremos que elegir entre un Mauricio Funes que poco a poco nos está decepcionando, no parece que sea realmente una candidatura de cambio, todos los que lo rodean son los mismos, todavía no hemos visto un programa o un atisbo de cual será su gabinete de gobierno, esperemos que ahí allá cambio. Y la otra opción será un candidato de ARENA que de momento no convence ni a su propio partido, o será que alguno de los mencionados si se atreve a comenzar a perfilar un candidatura solida, incluyente, que la mejor gente del país esté de su lado o que por lo menos no sea lo peor del país de lo que se rodee, que los lazos y las manos no llegue atadas, sino que lista para hacer un gobierno por El Salvador y no como estamos acostumbrados por unos cuantos amigos.

Mientras todo esto avanza lo salvadoreños tenemos que seguir exigiendo que ya sea ARENA o el Frente nos presenten alternativas válidas. Donde si podamos sentirnos parte y donde si sea un cambio, no necesariamente de partido, pero si de forma de hacer gobierno. Por favor creemos alternativas, ya mucho tenemos de tratar de votar por el menos peor.

lunes, 21 de enero de 2008

Nuestro mar en el olvido

Los océanos han sido siempre lugares indómitos, desde las historias de los piratas, hasta el tráfico de drogas, el mar es un lugar donde ocurren y se desarrollan una infinidad de actividades ilegales, y de actividades fundamentales para el desarrollo del planeta, los océanos son una fuente muy importante de alimentos, de canales de comunicación y de desarrollos productivos. En El Salvador existen aproximadamente 320 kilómetros de costa, lo cual pudiera parecer poco, pero son un recurso ampliamente desperdiciado, utilizado sin control y desarrollado a medias. El ocio, la investigación y la pesca deberían de ser un polo de desarrollo del país muy importante. Pero no vale cualquier desarrollo ni vale cualquier manera de hacerlo.

Tenemos en nuestro país manglares que son “guarderías” importantísimas para la producción pesquera, deberíamos saber cuanto y cual desarrollo se puede realizar en los manglares a fin de que esta riqueza no se pierda, las historias de los tiburones de corral de mulas, o la infinidad de peces de la barra de Santiago son cosas del pasado, ya las poblaciones no son tan grandes como solían serlo, ya los tiburones de hasta cuatro metros que se veían en el Jiquilisco ya no se ven. Ahora hay amplias zonas dedicadas a salineras y camaroneras, lo cual en principio esta bien, pero cuanto y como afecta las poblaciones de peces, difícilmente lo sabemos, lo sabrá Cendepesca, lo sabrá la Gerencia de Manglares y Humedales del Ministerio de Medio Ambiente, lo sabrá ICMARES, pues si no lo saben ellos difícilmente alguien lo sabrá. Y aun así se otorgan permisos para el curileo, pesquería, salineras y camaroneras, como podemos autorizar la explotación de un recurso sin saber cuanto podemos utilizar, y como las otras actividades como el ocio (desarrollo hotelero y de pesca deportiva) está afectando esos mismos recursos. La realidad de nuestros manglares es una nube de desconocimiento que aun mayor que la de tierra dulce.

Además de esto tenemos playas increíbles que pudieran ser destinos de ocio sorprendentes, pero que se están desarrollando mal, el tan afamado Royal Decameron de Los Cobanos es un ejemplo de cómo no se tienen que hacer las cosas, pregunten ustedes donde van a parar las aguas de desecho, ahí tan cerca del área natural protegida de Los Cobanos, nuestra única y gloriosa reserva marina. En esa misma zona tenemos el intento de hacer un muelle de cabotaje para yates por parte de el club privado Las Veraneras, este por suerte se ha detenido antes de realizaran más daño, pero aun así si no hubiera sido por el trabajo y dedicación de algunos cuantos entes privados, esta actividad se hubiera desarrollado, y en el caso de Los Cobanos me vale poco la escusa que todos ponen de decir, que como ya está tan deteriorado un poco más no importa, no lo considero valido. La biodiversidad que el área natural protegida marina de Los Cobanos alberga es importante, para el país y es un ejemplo de arrecife rocoso muy raro en la costa pacífica americana.

Habrá también que estar muy atento al desarrollo turístico de grandes hoteles que se desarrollarán en oriente, hay playas increíbles con un potencial grandísimo que si no están bien pensadas para ser polos de verdadero desarrollo sostenible pudiera ser fuentes de un desastre ecológico muy grande, en cambio si se piensan y ejecutan bien podrían ser un ejemplo de cómo el desarrollo y la conservación del medio ambiente pueden ir de la mano.

Esto es lo que vemos, la pregunta realmente es que hacemos por lo que no vemos, el efecto de los ríos contaminados que desembocan en el mar, la pesquería de altamar, la utilización de nuestras océano para el transporte de drogas, que control existe sobre este territorio, si tan grande es nuestra oportunidad de desarrollo, así o más grande es la posibilidad de ilegalidades, el aleteo de tiburón, la práctica no adecuadas de pesquería, las redes que arrastran delfines o tortugas, que control real tenemos sobre esto, si en las países más desarrollados no logran tener un verdadero control, en nuestro país ¿que estaremos haciendo? La respuesta es nada o casi nada, que no es lo mismo, pero es igual.

domingo, 20 de enero de 2008

Columna transversal: SOBRE ETICA Y GUERRILLA

Tratando de entender cómo un movimiento insurgente pudo haberse pervertido como las FARC, me vienen a la mente las discusiones que se armaron en uno de los campamentos guerrilleros del ERP en Morazán, cuando yo exhibí un video que había traído de México, con un discurso del jefe de la guerrilla colombiana M-19, Jaime Bateman, en un campamento en algún lugar remoto de la selva de su país.

Había una concentración de más de mil guerrilleros, bien uniformados, bien armados, bien barbudos, bien machos. A nivel de imagen una muestra de fuerza, comparable con el acto de juramentación de la Brigada Rafael Arce Zablah del ERP que filmamos en el 1983 en Agua Blanca, Morazán.

La reacción de nuestros combatientes, cuando vieron el video del M-19 era asombro, admiración, orgullo, optimismo. Se identificaron con sus homólogos, porque los vieron fuertes.

Empezó a hablar Bateman. Uno de los hombres más carismáticos que he escuchado hablar. El arquitecto de acciones guerrilleras audaces como el secuestro de la espada de Simón Bolivar y la toma del Palacio de Justicia.

Bateman habló del crecimiento del M-19, de sus armas, de sus victorias. Aplausos, entusiasmo, consignas – en las dos audiencias, en Colombia y en Morazán. En el punto del clímax del fervor revolucionario –en la selva colombiana y en Morazán- Jaime Bateman grita sus preguntas claves: “¿Están orgullosos de ser guerrilleros?” – “¡Sí!”, contestan miles de combatientes en los dos campamentos. “¿Quieren ser guerrilleros?” – “¡Sí!”

“¡Esto es nuestro problema!”, grita Bateman, “por esto no podemos ganar. Así vamos pudrirnos en esta selva de mierda. Los revolucionarios no quieren ser guerrilleros sino profesores, médicos, ingenieros. Los revolucionarios del M-19 quieren cambiar el país, no quieren controlar un pedazo de selva....”

Silencio en el campamento selvático. Silencio en el campamento en el Cerro Gigante en las afueras de la ciudad de Perquín. Poco por poco, aplausos. Poco por poco, los combatientes colombianos y salvadoreños se pararon, levantaron el puño y empezaron a corear: “¡A cambiar el país!”

En este momento crucial de la historia de la guerrilla colombiana –y también de la nuestra-, Jaime Bateman supo conducir a sus guerrilleros a salir de la selva, a negociar la paz, a convertirse en fuerza política, a cambiar el país. El comandante Tirofijo de las FARC hizo lo contrario. Él y sus FARC aun están en la selva. La vía de Bateman resultó ser la más difícil, la más audaz, la más sacrificada, pero también la más efectiva: Él y cientos de otros dirigentes de M-19 murieron en el camino de la selva a la ciudad, de la guerra a la política. Más que de las FARC que se atrincheró en las selvas, en el narcotráfico y en la industria de los secuestros. Pero hoy, los ex-guerrilleros del M-19 constituyen una fuerza política del cambio formidable.

Cuento esta historia, porque me parece que en esta disyuntiva de la guerrilla colombiana, que describió Bateman en su discurso en la selva, las FARC tomaron el camino equivocado.

En Morazán, aquel día del año 1985 cuando vimos el discurso de Bateman, hubo la primera discusión de fondo, entre combatientes y comandantes del ERP, sobre la dialéctica de guerra y negociación, sobre la responsabilidad del guerrillero de cambiar el país, sobre guerra popular prolongada e insurrección... Creo que Jaime Bateman, el gran guerrillero colombiano, aportó un poquito a la madurez de la guerrilla salvadoreña que supo hacer la guerra y también supo hacer la paz, siempre para cambiar el país.

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Publicamos la semana pasada un artículo de Joaquín Villalobos sobre las FARC de Colombia y sus rehenes. En vez de terminar una columna mía sobre el tema, preferí reproducir la posición muy controversial, pero también muy competente, de un ex-líder guerrillero.

Leyendo los cientos de opiniones que sobre el tema han salido en estos días en Colombia, Venezuela y otras partes, tomo conciencia que la política de secuestros de las FARC y la manera como Hugo Chávez está explotando el problema nos obligan a reflexiones muy de fondo sobre la ética de la izquierda. Sobre todo de la izquierda armada. Tal vez la ética no importe tanto mientras ser de izquierda es cuestión discurso, pero en el momento que es cuestión de vida o muerte, enfrentar los problemas éticos de la política es indispensable.

Hay muchos en la izquierda salvadoreña quienes critican de traidor a Joaquín Villalobos por su dura posición contra las FARC. El hecho que Villalobos intervino en la política colombiana, no como asesor de “los hermanos de las FARC” (como se expresan Daniel Ortega y Hugo Chávez), sino del gobierno colombiano, es interpretado como muestra que ha cambiado de bando. Como si hubiera un bando que comprende a toda la izquierda del continente, sobre todo la izquierda relacionada con luchas armadas – y otro bando opuesto que incluye a todos los gobiernos que no son de izquierda.

Joaquín Villalobos entrega la mala -y para muchos incómoda- noticia que no existe este mundo de dos bandos. Y por lo tanto, no existe ninguna lógica ni mucho menos obligación ética para todos que nos entendemos como gente de izquierda de tratar con complacencia o incluso solidaridad a las manifestaciones perversas, reaccionarias, autoritarias e inhumanas de movimientos o gobiernos que se declaran de izquierda (o antiimperialistas, como en el caso de Irán).

Por lo contrario: Para la izquierda hay una obligación moral y un compromiso político-ideológico de criticar, enfrentar, combatir los crímenes y abusos a los derechos humanos cometidos por guerrillas, movimientos o gobiernos de izquierda. Para mi, como hombre de izquierda, no hay crímenes que más me duelen y que más me siento obligado a condenar e intentar de evitar que los crímenes cometidos a nombre de la izquierda.

La manera cómo las FARC toman, mantienen, maltratan y explotan comercial y políticamente a cientos de rehenes cabe en esta categoría de crímenes. Frente a esto, la posición consecuente de izquierda es la de Villalobos, no la de Hugo Chávez. Al haber logrado la libertad de dos rehenes, el paso siguiente obligatorio, desde cualquier perspectiva ética, no era premiar a las FARC y quitarles la etiqueta de terrorista e criminal, sino denunciar que siguen con la misma práctica inhumana y exigir la inmediata liberación de todos los demás rehenes. Incluyendo a los militares y policías. Incluso si fueran considerados prisioneros de guerra, no pueden ser tratados así. Si las FARC quieren ser reconocidas como fuerza beligerante, lo primero que tendrían que hacer es someterse a las reglas establecidas en la Convenciones de Ginebra.

Las prácticas de las FARC atentan contra la credibilidad de la izquierda. Hay que pararlas. Esta es la posición de la izquierda democrática en Colombia y Venezuela. Complacencia y falsa solidaridad son traición, no la crítica.