martes, 26 de mayo de 2015

Segunda carta a Lorena Peña y Ana Vilma de Escobar

Ana Vilma de Escobar y Lorena Peña luego de su elección a la Junta Directiva
Estimadas diputadas:
Soy necio. Y tal vez el único que cree, al mismo tiempo, en ustedes dos, a pesar de todas las diferencias que las marcan.

Soy necio. Ustedes (o sus partidos) no me hicieron caso cuando, en mi primera carta, les planteé que ustedes dos, mujeres con liderazgo y credibilidad, tenían que asumir –juntas- la dirección de la Asamblea Legislativa – y el reto de devolverle la credibilidad perdida en el quinquenio de Sigfrido Reyes.

Esto hubiera sido la mejor solución. No se pudo, porque el FMLN tomó la decisión equivocada: comprar gobernabilidad en un pacto oscuro con GANA y el PCN, en vez de construir gobernabilidad mediante un acuerdo entre las dos fuerzas mayoritarias.

Pero soy necio. Insisto en que ustedes dos, ya que tienen liderazgo comprobado, tienen que asumir la responsabilidad de conducir la Asamblea hacia el fortalecimiento de la democracia. Si no ustedes, ¿quién más? Guillermo Gallegos, Francisco Merino y Cia. ciertamente van a jalar en la dirección opuesta.

Soy necio. Espero que producto de su liderazgo y capacidad de concertación la Asamblea Legislativa se convierta en un verdadero parlamento: tribuna de debates que desemboquen en las mejores soluciones para los problemas que afectan a la gente.

Espero que bajo su liderazgo, a pesar de la composición distorsionada de la Junta Directiva, se logre satisfacer las siguientes expectativas de la ciudadanía:

·      Transparencia y aplicación de criterios profesionales para todas las plazas de asesores, tanto de la institución, como de las fracciones. Es cierto que los asesores que emplean las fracciones tienen que ser de confianza, pero la confianza no puede ser basada solamente en criterios ideológicos, sino en méritos académicos. La contratación de ex diputados no reelectos y de suplentes tiene que ser la excepción y estar respaldada por un sólido record profesional que corresponde a las necesidades legislativas. Todos estos criterios, no solo los nombres, tienen que ser argumentadas de manera pública.
·      Austeridad estricta en los gastos de la Asamblea, de la Junta Directiva y de cada uno de sus miembros. Esto aplica a viajes, viáticos, gastos de representación y alimentación, seguridad personal, vehículos, compra de obras de arte – a todo. En este contexto ustedes tienen que revisar el funcionamiento de la Casa Dueñas, contratación de hoteles, e incluso el proyecto de la construcción de nuevos edificios.
·      Reforma Electoral. Ustedes tienen que asumir el liderazgo, dentro de sus partidos y en la Asamblea, para que inmediatamente se discutan y aprueban las reformas necesarias al sistema electoral: reforma del TSE, separación de las funciones administrativas de las jurisdiccionales; creación de distritos electorales que no elijan más de 4-5 diputados; reforma del Código Electoral que asegura escrutinios confiables y transparentes.
·      Construcción de acuerdos interpartidarios para asegurar la elección de personas independientes, competentes y honestas para la Fiscalía General, la Corte Suprema, la Corte de Cuentas y el los futuros organismos electorales.

¿Es mucho que pedir? ¿Es necio pedirlo? Si es así, es porque son las insistencias de la ciudadanía. Saludos, Paolo Lüers
(mas!/El Diario de Hoy)